Ante la actual campaña proselitista de los partidos políticos, la cual debemos soportar día y noche, día tras día, debemos tener una visión verídica de los acontecimientos sociales, políticos, culturales y económicos que sufra nuestra realidad nacional. Algunos Cristianos dicen que “No tenemos que meternos en política, porque eso es cosa del mundo. Estos cristianos no han entendido que la misión que Jesús nos confió, es ser luz del mundo, sal de la tierra y levadura en las masas (Mt 5, 13-14), es decir, se agentes de cambio, de transformación en medio del mundo, trabajando por una sociedad mas justa y humana, en la que se viva la voluntad de Dios.
Para otros, la política parece una actividad poco limpia, como un medio de enriquecimiento que favorece la corrupción. Pero en realidad, ¿Sabemos que es la política? ¿Que concepto de política debemos tener como Cristianos? ¿Debemos hablar de política los Cristianos? En realidad al hablar con muchos Cristianos de cualquier denominación, sobre dicho tema, nos damos cuenta que la gran mayoría no tiene bien definido un concepto sobre este tema, y que prefiere evadirlo o no opinar al respecto, que la iglesia y la política no deben convivir como tal.
Hoy es necesario recuperar la dignidad de la vocación política.
Hoy es necesario recuperar la dignidad de la vocación política.
Generalmente se usa el termino “Política” para designar el arte de gobernar bien el estado (La Polis), mas específicamente es el ejercicio del poder publico, en vista del bien común, es decir de aquellas condiciones sociales, jurídica, económicas y culturales que permitan a los individuos, poderse desarrollar libremente. La noción de la política como un servicio por el bien público es evidente, puesto que este es el motivo que justifica la autoridad específica de dicha acción, por ello todos los humanos somos seres políticos “Zoom Politikon”.
La tarea política es ayudar a que la humanidad cambie y mejore, por la política se busca que existan condiciones, para que todos los hombres y mujeres vivan con dignidad en libertad y que a nadie le falte lo necesario para vivir: tierra, trabajo, salarios dignos, vivienda, educción, salud, etc.
No hay que confundir política en el sentido amplio, que es derecho de todo ciudadano participar en ella. Toda mujer y hombre, creyente o no creyente, debe ser y es político en sentido que se preocupa y compromete por el bien de la sociedad.
La política puede ser buena o mala según sea su proyecto socioeconómico y los políticos que la promuevan. De donde deduce que hay dos clases políticas:
No hay que confundir política en el sentido amplio, que es derecho de todo ciudadano participar en ella. Toda mujer y hombre, creyente o no creyente, debe ser y es político en sentido que se preocupa y compromete por el bien de la sociedad.
La política puede ser buena o mala según sea su proyecto socioeconómico y los políticos que la promuevan. De donde deduce que hay dos clases políticas:
1. La que defiende los privilegios e intereses económicos de una minoría poderosa, en estrecha alianza con los sectores mas reaccionarios del gobierno y las compañías multinacionales, a través de programas que excluyen y marginan a los mas indefensos de la sociedad.
2. La clase política que en sus programas buscas el desarrollo de la justicia en libertad, el respeto, la promoción de los derechos humanos de toda la sociedad (sin distinción alguna de clase sociales, credo, raza, sexo etc.), de esta manera se identifica con el evangelio, lo más importante es la dignidad humana. El desarrollo de la persona humana en su dimensión material y espiritual.
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