lunes, 26 de octubre de 2009

PROBLEMATICA DE LA VIVIENDA SOCIAL EN BOGOTA


¿Qué es vivienda popular? ¿Qué características estéticas, constructivas, espaciales encierra este concepto que la identifican y la ponen en la mira de analistas, arquitectos, planeadores, instituciones estatales y hasta noticias amarillistas? ¿Cómo poder abordar este tema y entender sus transformaciones y desarrollo a través del tiempo?
Con estas dudas y con poca información al respecto comencé a estudiar este tema, tan común cotidianamente pero de superficial análisis por la sociedad en general.
Como primera medida abordo este ensayo con los conceptos y criterios que personalmente he ido tejiendo para llegar a la comprensión a priori de la problemática, aspirando a establecer unas bases para llegar a proponer soluciones que mas que aligerar la situación por unos momentos permita replantear soluciones a largo plazo.

La problemática de la vivienda popular no es un tema actual, esta se viene desencadenando desde aproximadamente los años 50, cuando como consecuencia de la industrialización y el cambio de una concepción de producción rural por una urbana, las familias del campo deciden migrar a las ciudades en busca de mejores oportunidades de vida, de empleo y educación.
A estas condiciones del nuevo modelo económico se sumo la violencia en el campo, y los acontecimientos del 9 de abril de 1948, los que obligaron a las familias a abandonar sus viviendas y emprender un viaje a un destino que parecía ofrecer todas las oportunidades necesarias para comenzar una vida prospera y amena.
Lamentablemente, esa tierra prometida, mas que oportunidades y grandeza trajo la “condenación” para estas familias, pues las ciudades y en especial la capital, no estaban preparadas en términos de planeacion urbana y oferta de viviendas, para tal magnitud de nuevos habitantes, que además no contaban con los recursos económicos para integrarse debidamente a la sociedad.
En este orden de ideas y gracias a las políticas erradas del estado, a urbanizadores piratas que vieron en estas personas su “gallina de los huevos de oro”, es que se comenzó a evidenciar un crecimiento irregular y expansivo en la estructura urbana.
Las familias ante una oferta escasa por no decir nula, de un techo sobre el cual albergar su hogar, adquirían viviendas en zonas “urbanizadas” por constructores informales, que nada de preparación tenían en relación con el tema, mas que sacar el máximo provecho en términos de cantidad de vivienda a un terreno que sino se robaron, no les costo ningún valor, pues son suelos categorizados como de riesgos, por encontrarse en zonas no aptas para los asentamientos humanos.

Dichas adquisiciones de vivienda en estas condiciones ha generado lo que en estos momentos se conoce como barrios informales o ilegales, en los cuales se hacen evidentes toda una seria de problemas urbanos, espaciales, de infraestructuras de servicio, espacio publico, etc.
A niveles estructurales y constructivos de las viviendas, las cuales la mayoría se encuentran en vulnerabilidad sísmica media o alta por no cumplir con los requisitos de sismo resistencia, plantas irregulares modificadas acorde a las necesidades, materiales diferentes, etc.
Además porque por lo general son casas en las cuales se ha adaptado el primero piso o parte de el, para establecer algún tipo de negocio local que les permita satisfacer sus necesidades, pues la oferta de empleo no da cabida para tanta demanda y menos a personas con poca preparación.

Todo este crecimiento irregular y expansivo de la ciudad, se ha producido en resumen por un término que quizás reúna todas las situaciones por las que han pasado dichas familias y es la EXCLUSION, exclusión laboral, exclusión habitacional, exclusión social, y es que mejor no lo puede resumir Marcelo Balbo

“El enfoque de la exclusión social, permite echar luz sobre las causas de la desigualdad y la pobreza en las ciudades y sobre las consecuencias que esta ultima puede provocar en términos de inclusión o exclusión según las variables de economía, de clase, de sexo, etc.”.

No podemos seguir abriendo los fragmentos de desigualdad entre la población, que cada vez se hacen mas grandes y mas difíciles de pensar utópicamente que algún día se cosan con hilos de igualdad y equidad.
Hoy es un momento en el que a nivel social estamos perdiendo la sensibilidad para con el otro, tampoco es pensar en una ciudad en la que todos caminemos unidos de las manos bajo arco iris y corazones, pero si pensar en que para que una ciudad se desarrolle y crezca adecuadamente se necesita la participación de todos sus integrantes, empezando por considerar a esta parte del grupo como ciudadanos y no simple citadinos que se tengan que someter a las normas y leyes sobre las cuales nadie a defendido su situación, ni sobre las cuales se les permitió ser participes.

Es por esto que se hacen necesarias unas políticas y gestiones sociales de inclusión de la población “excluida” en una ciudad que les permita aprovechar la misma.

“La ciudad “inclusiva” es el lugar donde cualquiera, independientemente de condición económica, sexo, edad... Puede permitirse participar productiva y positivamente en las oportunidades que la ciudad tiene para ofrecer” (HABITAT II, 2000

Y es que es un problema que nos compete a todos y en términos arquitectónicos y de planificación urbana nos hace pensar y analizar las consecuencias de esta expansión en una ciudad que cuenta con aproximadamente 3 mil Ha de suelo urbanizable, en donde la demanda por año son de 500 Ha, para tratar de controlar el déficit de vivienda que asciende a las 50 mil viviendas por año, de las cuales 23 mil son de vivienda de interés social, y sumado a esto el déficit actual que oscila entre las 530.000 mil viviendas.

Es un reto poder comprender este tema tan complejo y de repercusiones fuertes sobre el territorio. Con miras a esto entra en juego la búsqueda de lugares urbanizados que se encuentren en deterioro físico y social y que sean aptos para desarrollar planes de renovación y reutilización de dicho suelo, con el propósito de no seguirnos expandiendo a una ciudad donde ya no quedan lugares para donde seguir creciendo a las velocidades que se demandan.

“Volver la mirada a áreas urbanizadas [al centro] representa una mutación positiva derivada de la reflexión sobre la no sostenibilidad del crecimiento expansivo de la ciudad - reconstruir la ciudad en la ciudad”.
Pan Parcial piloto la Alameda

Y es esta misma reconstrucción de la ciudad en la ciudad, la que nos permite reactivar dinámicas importantes de un sector y establecer nuevas directrices de planificación del mismo. Sumándonos a las concepciones de sostenibilidad, que nos permita hacer cruces de usos y actividades para mimetizar los altos gastos de energía por movilizaciones casi inauditas de la vivienda al trabajo, etc.

Son en estas mismas directrices y nuevas maneras de pensar la ciudad, en donde cabria la inclusión como medio de pensar en un desarrollo mas equitativo y competitivo de esta, en el cual todos contemos con las mismas oportunidades y posibilidades de progreso.

Teniendo en cuenta todas estas situaciones y pensando en materializar estos conceptos, aborde una serie de indicadores de lugar, que permitieran implantar dichos conceptos, sumados a las condiciones de la ciudad contemporánea y a los conceptos de globalización.

Teniendo en cuenta que una ciudad globalizada es aquella en la que se producen flujos de personas, información y cargas a velocidades impresionantes, en los cuales cada momento y objeto en un abrir y cerrar de ojos pierde vigencia, todo es efímero.
Aquí entran en contraposición dos visiones las cuestiones simbólicas que hacen vigente el significado de global a donde quiera que uno vaya, que asumen roles de emblemas, y las necesidades reales de las personas y los espacios.
Lógicamente seria inútil pensar en acabar con las desigualdades de un día para otro, y quizás sea una esperanza que nunca se llegue a concretar pero es importante comenzar a pensar y generar alternativas y soluciones a dicho problema.
Existen fuerzas sociales y actores de la economía global que son los que manejan el capital económico, pero junto a estos se encuentra la fuerza emergente que son todos aquellos trabajadores que ocupan una posición sistemática dentro de las dinámicas de la economía y de la sociedad.

Lastimosamente a estos segundos no se les dan las oportunidades necesarias para hacerlos participes fuertes dentro de estas, lógicamente por malos manejos en las políticas y gestiones que lleven a una redistribución de beneficios a todas las partes.
La idea seria redistribuir dichos beneficios para que las clases populares extraigan algunas ventajas en este enorme dinamismo, si es que algún día el gobierno logra entender un poco sobre estas dinámicas urbanas, como ya ha pasado en ciudades como Barcelona, en las cuales el gobierno se ha manifestado para con las minorías, en términos económicos.

por Silvana Villalba